En el nombre
de Hugo Chávez Frias: No dejemos caer a Venezuela
Por Stella Calloni – portalalba.org
A sólo tres días de la instalación de la nueva Asamblea
Nacional, el pueblo venezolano debe mirarse en el espejo de Argentina, que
desde la asunción del derechista empresario Mauricio Macri, está bajo un
“gobierno de facto” el cual, desconociendo la facultad constitucional de
convocar al Congreso de la Nación, lo ignora y gobierna por decreto.
Cada decreto de necesidad y urgencia (que en ninguno de los casos merece esta calificación, porque no hay
necesidad ni urgencia) es un mazazo contra las mayorías, contra el pueblo, una
parte del cual lo votó después de 12 años de una campaña sucia nunca vista en
esa dimensión de mentiras, falsedades y denuncias de los medios masivos de
comunicación, parte indivisible del poder económico criminal y pro dictatorial que
persiguió durante ochos años al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
También estos medios: grupo Clarín, La Nación, Infobae,
Perfil, Crónica TV y más, con sus canales de cables (mas de 230 el primero) de
aires, radios, medios impresos en todo el país, manejan mayoritariamente la
información, mejor dicho la desinformación contra todos los gobiernos populares
de la región. Ahora se quedan con todos los medios estatales y acabarán con las
licencias de radios y TV comunitarias. Nos dejan sin voz.
La guerra psicológica (mediática) es una de las armas más
importantes de la contrainsurgencia – que son las formas ilegales de lucha que
utiliza Estados Unidos contra nuestros gobiernos y pueblos – y no sólo preparan
los golpes de Estado, sino también las guerras coloniales que en este siglo
XXI, han producido un genocidio tras otro y lo siguen haciendo
Esa oposición, que en sus intentos golpistas en Venezuela
dejó destrucción y muerte y que en estos
tiempos, respondiendo a los proyectos externos imperialistas ha actuado en la
guerra económica, entregando miles de toneladas de alimentos, productos y
medicamentos al enemigo externo, llámese paramilitarismo o empresariado
colombiano, está actuando para destruir el enorme proyecto que produjo la
llamada Revolución Bolivariana, ese sí un cambio de 180 grados en favor del
pueblo venezolano.
Nunca se vivió un período igual. Lo saben en los barrios, en
las zonas campesinas, lo saben los que aprendieron a leer y escribir, es decir
a defenderse, lo saben en la recuperación de derechos como nunca antes había
sucedido y en lo cultural, el avance más grande en la historia de ese país.
Cuando vemos como uno de los símbolos, la orquestas de niños y juveniles, que
han hecho conocer a Venezuela en el mundo entero nos sentimos todos orgullosos
del lugar adonde llegó el país hermano.
Cuando se inaugura la vivienda número un millón en ese país,
nos preguntamos: queridos hermanos venezolanos, ¿Creen ustedes que estos que se
prestaron para incendiar a Venezuela desde el 2002 en adelante, para detener
este proceso en favor del pueblo, tienen algún interés en que todo lo mejor que
se ha logrado se mantenga o mejore?
La carta escrita recientementre por el golpista Leopoldo
López de la que tomo sólo un párrafo dice: “Los diputados de la Unidad, pero en
especial quienes conformen la Junta Directiva de la nueva Asamblea Nacional,
tienen un mandato claro: conducir con urgencia un proceso de cambio profundo,
constitucional y democrático. La dictadura (así le llama el golpista Leopoldo
López al gobierno de Venezuela) hoy está debilitada, pero aún vivimos en ella,
y nuestro pueblo votó para cambiar este sistema que lo oprime, que lo humilla y
que imposibilita que pueda encontrar las soluciones a sus problemas más
sentidos. Es nuestra obligación seguir debilitando a este régimen usurpador y
no darle respiro. Si Maduro y el resto de las cabezas de los poderes
secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática torpedean el cambio,
desconociendo por la vía de los hechos los resultados del pasado 6D, pues habrá
que removerlos. Desde 2014 venimos sosteniendo que La Salida (el plan golpista
violento que el mismo dirigió) a este desastre debe ser por la vía
constitucional lo más rápido posible. Ahí están los mecanismos constitucionales
para hacerlo”.
López está clarísimo. Llama a seguir debilitando al
gobierno. Admite que ha trabajado para esto y además convierte a una elección
legislativa, en una especie de “orden” para intentar deponer al gobierno.
Cuando los republicanos ganan en elecciones legislativas y son mayoría en el
congreso de Estados Unidos ¿se supone que debe renunciar el presidente Barack
Obama? Sabemos que no. Cuando en el año 2009 la oposición le ganó en
legislativas al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner habló de los mismo, de
que iba a sacar a la mandataria, que dos años después en el 2011 accedió a un
nuevo mandato por más del 54 por ciento de los votos, Recuerden todo esto.
López habla del “cambio”, lo hacía Macri cuya mayor promesa
de campaña fue intervenir contra el gobierno y el pueblo venezolano, con un
mensaje también para Cuba.
El “cambio” que ofrece López lo estamos viviendo en Argentina.
Las medidas tomadas por “el
gobierno para el cambio” de Macri, impusieron el gabinete de los gerentes y
asociados a empresas extranjeras, en todos los casos, el más pronorteamericano
en la historia Argentina, comprometido y dependiente de Washington y también
hay su partecita para Israel en Derechos
Humanos, en Medio Ambiente y en otros cargos secundarios.
Washington instaló en áreas estratégicas: Política Exterior,
Seguridad, organismo Anitcorrupción, a personajes como la canciller Susana
Malcorra, Patricia Bulrich y Laura Alonso, respectivamente, pertenecientes a
Organizaciones No Gubernamentales (ONGS), ligadas a la inteligencia
estadunidense que actuaron contra Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua
y especialmente en la destrucción de la unidad latinoamericana, sin la cual
será difícil resistir al proyecto de recolonización continental, que se propone
Estados Unidos.
Estas Fundaciones de la CIA y en el caso argentino, los
“Fondos Buitres”, a los que tan enérgicamente denunció el gobierno de Fernández
de Kirchner, en lo que fue apoyada por Naciones Unidas y los países víctimas de
esa mafia criminal, que nos amenaza a todos, repartieron y lo siguen haciendo
millones de dólares para desviar los procesos electorales.
No son los gobiernos los que cometen fraude electoral, sobre
todo los gobiernos que con toda razón y dignidad defendieron el derecho a la
emancipación definitiva y construyeron el sueño de un continente libre con
decisiones propias, sino estas “nuevas derechas” ni siquiera las oligarquías del pasado. Derechas absolutamente mediocres,
derechas mercenarias, pagas, ligadas a lo más fundamentalista de la política
estadunidense.
Macri, como figura en cables de wikileaks, publicados en
Argentina se presentó a la embajada de Estados Unidos en 2007 para poner a su
disposición el “único partido creado para negocios y el Mercado” (el suyo) y en
el 2008 no tuvo empacho en ir a reclamar que
EE.UU no estaba haciendo lo suficiente para derrocar a la entonces
presidenta Cristina Fernández de Kirchner , en el primer intento de golpe
contra esta que fue el famoso “paro del campo. Hay que añadir que Macri y sus
equipos de gobierno pertenecen a la Fundación Pensar dependiente de la
ultraderechista Heitage de Estados Unidos. Podemos decir, sin lugar a
equivocarnos que el gran “cambio” en Argentina es un “golpe blando” que no
puede continuar sin represión y sin injusticia contra el pueblo.
De hecho, para que lo sepa el pueblo venezolano, la
persecución ya está. Estamos viviendo un momento similar al golpe de estado que
derrocó en 1955 al general Juan Domingo Perón cuando encabezaba un segundo
mandato y había sido elegido por más del 60 por ciento de los votos.
La llamada Revolución Libertadora, que se había iniciado con
un bombardeo de la marina sobre la casa de gobierno en junio de ese año, que
dejó miles de víctimas, y que nadie
quiere recordar, menos Macri, terminó llamándose popularmente la “fusiladora”
porque fusiló a un grupo de civiles y militares rebelados contra la brutal
persecución que se originó.
El peronismo fue prohibido durante años. Se podía ir preso
por una fotografía de Perón o Evita, que el pueblo atesoraba en sus humildes
casas. Como ahora, cada ministerio recibió la orden de acabar con todo lo que
fuera peronismo (kirchnerismo). Miles fueron
despedidos y perseguidos. Y preparan lo mismo ahora.
La cantidad de decretos emitidos por el gobierno y cada ministerio
cambiaron la historia en días, favoreciendo a los sectores de mayor poder
adquisitivo, a los bancos, a la especulación financiera, al “mercado”. La
devaluación se llevó más del 30-40 por ciento de los salarios y ya hubo
advertencia del ministro de Hacienda de que los gremios no debían negociar
salarios “poniendo en peligro los empleos”. Chantaje lo llaman los
sindicalistas. Anuncian aumentos de luz, municipales, de gas y otros, mientras
ya en días han endeudado el país en millones y millones de dólares,
condicionándonos e hipotecando nuestro futuro. Ya están tomando Centros
Clandestinos de Detención y apartando a los organismos de Derechos Humanos.
Sólo pasaron 20 días y como en cualquier dictadura militar, todo se hizo y se
hace bajo decretos, esta es la “democracia pro USA”de Macri.
Los ministerios han pedido los expedientes no sólo de tres
años a esta parte, y se preparan para despedir a miles, pero solicitan el
agregado de la pertenencia política del trabajador o empleado. Si esto no es
persecución política descarnada ¿qué es?
Tienen a su favor los medios hegemónicos, que les aseguran
impunidad mediática y a una justicia nunca democratizada que salvo dignidades
especiales de muchos jueces – ahora también perseguidos o señalados – juega a
favor de los grandes poderes fácticos.
¿Ustedes imaginan la destrucción de todo lo que se creó en
Venezuela para favorecer a las mayorías en todos estos años? ¿Imaginan la
destrucción social, política, económica y cultural? Estados Unidos necesita
acabar con el gobierno de la llamada Revolución Bolivariana, porque está seguro
que si Venezuela cae en sus manos – que es el destino final que espera de este
golpismo en ese país, como en Argentina – caerá América Latina y caerá el sueño
ya encaminado de la unidad continental, la única defensa, para no
transformarnos en colonias.
Aquí se están cerrando radios, medios, programas culturales
y como está sucediendo, sólo quedará la calle, donde en este diciembre ya se
reprimió brutalmente una protesta de trabajadores despedidos. Los organismos de
derechos humanos están en peligro de desaparición y la llamada “corporación
judicial” trabaja activamente para que nada quede en pie, este día lunes se
oficializó por otro decreto el cierre de los organismos que debían trabajar por
la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la más democrática de las
leyes escrita por universidades, profesionales, organismos sociales de todo el
país, y también los cambios en esta misma ley, sólo para favorecer al Grupo
Clarín y los monopolios mediáticos.
También mediante otro
decreto Macri disolvió la Comisión de Planificación y Coordinación Estratégica
del Plan Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas y derogó gran parte del
articulado de los Reglamentos. Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), como
otras empresas estatales recuperadas volverán a privatizarse. Van a destruir el
estado con un programa de neoliberalismo tardío, que sólo traerá destrucción
y muerte.
El gobierno “manu
militari” impide la entrada de los trabajadores del Centro Cultural
Néstor Kirchner, como impidió a los directivos y trabajadores de la Autoridad
Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCAS) entrar a su sede
violentando toda legislación.
Nuestros países y América Latina han dado pasos gigantes en
la integración, odiada por Washington y las derechas, menospreciada por algunas
izquierdas (¿serán de izquierda?), después que los gobiernos del Mercado Común
del Sur (Mercosur) dijeran que no a la
colonizadora Area para el Libre Comercio de las Américas (ALCA) en aquel
memorable mes de noviembre de 2005. Eso fue a pocos días de otro hecho
histórico, la elección de Evo Morales en Bolivia, el primer presidente de los
pueblos originarios 500 años después de la colonización brutal del imperio
español, a lo que llamaron “conquista”.
Hemos vivido uno de los períodos más extraordinarios en la
vida aún dependiente de nuestra América, con gobiernos y pueblos que desafiaron
al imperio que hoy intenta expandirse globalmente, destruyendo todo a su paso.
Todo eso lo hemos vivido juntos, cómo los pueblos vivieron en las calles y las
carreteras la inmensa rebelión antineoliberal de los años 90 y principios del
2000 cuando Estados Unidos comenzaba su proyecto de expansión mundial, que
subordinaría a Europa hasta llevarla a la situación actual, y convertir a sus
países en una especie de Estados “libres” asociados y por lo tanto
profundamente dependientes.
Después de los genocidios cometidos por las invasiones
estadounidenses, los golpes de Estado, los saqueos desde fines del siglo XIX,
por primera vez habíamos logrado tener voz propia y decisión en muchísimos
temas.
Hugo Chávez Frías se convertiría en el gran líder de la
integración y de la solidaridad, con el ejemplo de la heroica Cuba, que acaba
de llegar a sus 57 años de existencia y de resistencia de una Revolución en un
pequeño y moralmente inmenso país, sitiado desde hace más de medio siglo.
El cambio verdadero fue lo logrado por estos gobiernos. Los
pueblos de América, que con tantos obstáculos y dificultades priorizaron estos
gobiernos, nacidos al calor de la lucha popular, no pueden olvidar sus derechos
ganados. Los errores se modifican en el camino justo, no entregando el país a
otro período de dominación y saqueo.
No permitan que estos miserables como Leopoldo López, quien
sigue llamando a derrocar al presidente Nicolás Maduro avancen hacia el “sueño
norteamericano” porque si cae Venezuela cae todo. En todo este tiempo Estados
Unidos estuvo preparando su invasión silenciosa, sembrando de Fundaciones y
Organizaciones No Gubernamentales a nuestros territorios (y también de bases
militares y de espionaje). Y si Evo Morales pudo sacarlos legalmente de su
país, por la violencia de la constante injerencia que ejercían sobre el pueblo
boliviano ¿por qué tardamos tanto en hacerlo
todos?
Tenemos una oportunidad histórica. No dejemos que destruyan
lo que costó construir sobre tanta muerte, desolación, depredación, durante
siglos. Venezuela fue un faro de solidaridad en estos años y ahora todos juntos
debemos impedir la gran traición. No al golpismo electoral y legislativo (como
en Honduras y Paraguay). No a una derecha cómplice de un proyecto imperial, que
avanza sobre el mundo como un elefante en una vitrina, destruyendo todo a su
paso. El mundo ha recuperado su equilibrio, lo estamos viendo. No estamos
solos, ni perdidos. SI SE PUEDE.